sábado, 19 de febrero de 2011

PANICO A LAS HABLADURIAS

Aunque nos cueste aceptarlo, a unos mas que a otros, nos aterrorizan los rumores que puedan hablar sobre lo mas intimo de nosotros mismos que no queremos que sea descubierto. A veces incluso nos inventamos un "yo" distinto al que realmente somos, tan solo para no tener que vivir situaciones tan desastrosas como la de que todos se rían de ti. Nos da pavor ser nosotros mismo contra todos ellos, y sentiremos mas solos que nunca, acobardados, que te vean como realmente eres, y sobre todo, conozcan tus puntos flacos, con los que puedan destruirte poco a poco. 
Nos inventamos un "yo" distinto, capaz de enfrentarse a cualquier cosa, incluso a lo que el "yo" de antes tanto temor tenía. Vamos creándonos poco a poco. Empezando por la forma de ser. Limpias todos tus errores del pasado, y haces desaparecer esas cosas que tanto te a vergüenzan del "ti" de antes. Te acoplas a los demás, o mas bien, a lo que los demás quieren que seas, y todo eso acompañado, con cambiar de aires y amistades. Después viene la ropa, el peinado, el físico... Todo cambia, con el propósito de ser una nueva y matar a la verdadera "tu". Una vez hecha la metamorfosis, te siente satisfecha. Te sientes orgullosa de ti misma, de ver a los que son igual al "tu" de antes y te ríes por que ellos tienen todos esos defectos, los cuales tu has hecho desaparecer. 
A pesar de al principio sentirte bien, fuerte, incluso, sentirte mas poderosa que nadie, una vez llegado a la cumbre todo comienza a desmoronarse, y como sucedió antes de la mudanza, comienzas a odiar en lo que te has convertido, y a echar de menos al "tu" de antes. Lo anhelas y piensas que al igual que ya lo hiciste una vez, podrás volver a cambiarte. De nuevo te siente orgullosa, de volver a ser "tu", de pensar igual que antes, de hacer lo mismo de antes... Hasta que llegas al punto de los amigos. Te das cuenta, que mientras tu te acobardabas, y escojias el camino mas fácil para ser feliz, ellos seguían en su línea, abanzando paso a paso, hasta acabar olvidando se de ti. 
Te sientes sola, y por primera vez en toda tu vida, te das cuenta del sabor que tiene la desgracia, y te odias a ti misma, por no apreciar lo que tenias. Llegando al punto de partida de toda vida, apreciar lo que tenemos.

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