Queridos soñadores:
Llegué a tocar fondo, a hundirme rápidamente en la miseria, a rodearme por mis miedos y dejarlos vencer en esta lucha que se batía dentro de mi, me rendí, incluso llegué a bajar los brazos, rendida, sin fuerzas, sin esperanzas, y sentí que no era nadie, para nadie y para mí; me inferiorice, y creí no ser capaz de ser feliz, de encontrar la felicidad, creí ser una inútil incapaz de lograr sus sueños, sus metas, y las lagrimas cayendo por mis mejillas era casi una rutina. Yo era la rara que nadie comprendía, y mis días se apagaban poco a poco sin yo darme cuenta. Pero había algo, un pequeño atisbo de esperanza, lejano, muy lejano y casi desaparecido, pero ahí estaba la certeza de que mi momento estaba aún por llegar. No estaba del todo segura, pero lo sentía. Y mi momento acaba de llegar.
Ahora, sentada, feliz, pienso que de haberme rendido no hubiera conocido esto que siento ahora, no hubiera sabido lo que significaba el termino de andar por las nubes, no hubiera vivido lo que ahora estoy viviendo, y se que me hubiera arrepentido, porque a pesar de saber que esto no es para siempre, es un ahora que siempre había esperado vivir, y gracias al sufrimiento, a los días de soledad y llanto, y de los grises días en los que nunca acababa de salir de una vez el sol, este sentimiento es aún mas dulce, fuerte, y duradero, que pase lo que pase lo mantendré SIEMPRE vivo tanto en mi memoria como en mi corazón, para tener muy presente, que los días de oscuridad no son el final de una vida, sino el empiece de una experiencia INOLVIDABLE.
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